Exuberancia cautivadora
Montañas de bosques nubosos, islas cubiertas de exuberantes palmeras, vibrantes culturas indígenas y la capital más bulliciosa de América Central, unas vacaciones en Panamá te ofrecen una variedad de paisajes sorprendente para un país tan pequeño.
Este alargado y sinuoso país tiene una historia única: desde las caravanas de mulas cargadas de mercancías del Camino Real español hasta la apertura de la selva por el canal más famoso del mundo, Panamá ha cobrado gran importancia como atajo entre el Mar Caribe y las aguas del Pacífico.
Constituye también una encrucijada biológica, por lo que el istmo puede presumir de una biodiversidad vegetal superior a la de la Amazonia.
El tamaño compacto de Panamá hace que gran parte de sus atractivos sean muy accesibles.
En un crucero por Panamá vas a conocer su irresistible contraste entre lo antiguo y lo moderno, lo artificial y lo natural: grandes buques Panamax informatizados transitan por el canal a través de selvas vírgenes llenas de ranas fluorescentes y esquivos gatos monteses, todo ello a solo media hora en kayak de las aldeas donde los campesinos de Emberá practican la agricultura de subsistencia.
Visitando su desconocido interior y sus poco visitadas fronteras, puedes explorar los archipiélagos y las selvas inexploradas, parando en pueblecitos, amigables aldeas y remotos eco-lodges, y desde el Volcán Barú, el pico más alto de Panamá, podrás disfrutar de unas vistas únicas del sol saliendo tanto por el Océano Atlántico como por el Océano Pacífico, que te van a dejar sin aliento.