Bajo el ala protectora de los dioses
Para apreciar plenamente las 227 islas griegas habitadas dispersas por el Mediterráneo, necesitarías una vida para ir pasando de una a otra.
Las aguas color zafiro que bañan las costas rocosas salpicadas de pequeñas calas secretas y playas de arena que parecen postales de ensueño, son la definición del verano griego por excelencia: sol, mar y arena.
Para todos aquellos que tengan inquietudes culturales, un crucero por las Islas Griegas no va a dejar de ser inspirador. Todas las culturas han dejado su huella, y casi todas las ciudades y pueblos están ligados al pasado, ya sea a través de un romántico templo en ruinas dedicado a Afrodita, una sombría fortaleza veneciana o un polvoriento monasterio bizantino decorado con preciosos frescos.
Pero no dejes que el reclamo cultural te abrume demasiado durante tus vacaciones en las islas griegas. Los placeres hedonísticos ligados al descanso y al calor – nadar al atardecer en cálidas aguas, charlar y beber bajo las estrellas – son un reclamo igual de atractivo.
La globalizada y creciente Atenas es una parada obligatoria, una introducción casi inevitable en un viaje a Grecia: además de la Acrópolis ofrece una amplia variedad de actividades urbanas, desde museos hasta conciertos, tiendas bien surtidas, restaurantes gourmets y estimulantes clubes.