Naturaleza estimulante
Es difícil quedarse indiferente tras unas vacaciones en Namibia, este sorprendente y escasamente poblado país tiene tanto carisma que aparece normalmente en las listas de los mejores destinos de aventura.
Entre los atractivos clave de un crucero por Namibia destacan los dramáticos paisajes desérticos, donde los órices, un tipo de antílope con el que Picasso podría haber soñado, siguen su camino a lo largo de dunas color damasco, las avestruces corren a través de la reluciente neblina y los elefantes avanzan a lo largo de gargantas con intensas atmósferas. Al atardecer, los enormes cielos de Namibia se modelan a sí mismos en una vertiginosa cúpula de estrellas. Lo mejor de todo es que este esplendor es accesible: mientras que aventurarse por el Sáhara puede asustar un poco, las grandes regiones desérticas de Namibia están surcadas por rutas de grava bastante decentes.
Con una reserva mineral suficiente para hacer de él uno de los países más prósperos de África, Namibia, aunque con otras preocupaciones relacionadas con la reforma agraria, está ampliamente basada en un modelo de paz, estabilidad y respeto interétnico. También es líder en la conservación de las comunidades rurales: Namibia está marcada por zonas protegidas, regiones salvajes cuyos habitantes tienen garantizado el derecho de sacar beneficio del turismo sostenible y por lo tanto están motivados al cuidado del medioambiente, de la flora y de la fauna.