Atmósferas de las mil y una noches
Ubicada entre el mar, el desierto y altas montañas y descendiente de una cultura milenaria, el Sultanato de Omán te va a llegar al corazón.
La gran extensión de arena, el Wahiba Sands, es el primer atractivo para los turistas, imperdible durante tu crucero por Omán y los Emiratos.
A lo largo de la carretera entre Nizwa y Sur, nos adentramos en el desierto siguiendo las pistas de arena que se insinúan entre dunas color cobre y paisajes inolvidables.
Si estás buscando aventuras durante tu viaje a Omán, podés hacer una excursión a dos wadi, los cañones excavados por torrentes que periódicamente surcan estas tierras, dejando después los cauces secos.
A Wadi Bani Awf se llega en 4x4 por una pista que atraviesa los montes Hajar, casi rozando los altos picos y las gargantas vertiginosas a lo largo de emocionantes caminos. En cambio, a los amantes del trekking les va a gustar más Wadi Shab.
Los vestigios del pasado guerrero del Sultanato pueden imaginarse por sus numerosos fuertes. Uno de los más singulares es el de Nizwa, con su enorme torre redonda en el centro. Tiene un diámetro de 45 metros y fue construido en el siglo XVII por el sultán Bin Saif Al Ya’rubi para proteger la ciudad.
El Fuerte de Jabrin al otro lado de Omán es el más impresionante y el mejor conservado de todos los fuertes. El edificio, que parece de arena, data del siglo XVI y se alza en medio de un palmeral en el desierto, a cinco kilómetros de Bahla.