Descansar a la sombra de un baobab
Unas vacaciones en Mozambique significan descubrir un trozo de la auténtica África pero con una gran influencia portuguesa.
Es una tierra capaz de mutar en unos pocos kilómetros, desde las arenas blancas y los arrecifes de coral del Océano Índico, hasta los altiplanos y las montañas de casi 3.000 metros o el legendario Valle del Rift, la cuna de la raza humana, que se encuentra en el centro del país.
Acá vive una población alegre y hospitalaria. En el territorio conviven ciudades coloniales y aldeas de cabañas, bosques de baobabs y manglares, archipiélagos vírgenes y grandes reservas naturales. En un viaje por Mozambique, que antiguamente pertenecía a Portugal, te va a sorprender el encanto de sus pueblos coloniales habitados, con palacios, fortalezas e iglesias de influencias africanas, árabes e indias.
Pero si llegas por mar, lo primero que va a llamar tu atención van a ser sus 3.000 km de costa, que incluyen algunas de las playas más lindas de todo el continente africano. La imagen es la típica de unas vacaciones tropicales: arena blanca, aguas cristalinas y palmeras suavemente mecidas por la brisa. También cuenta con islas para explorar, auténticas joyas como Bazaruto, Benguerra, Magaruque, Santa Carolina o Inhaca. Un lugar donde los amantes del submarinismo y del snorkel van a encontrar mil cosas que ver. La vida marina de la isla ofrece interesantes excursiones con delfines, ballenas jorobadas, dugongos (o vacas marinas), tortugas verdes y tortugas bobas.