Copacabana

Playas en el Atlántico utilizadas como parques
Emblemáticos mosaicos en el pavimento y cultura playera
El Pan de Azúcar

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Copacabana

Divertíte a los pies del Pan de Azúcar

Copacabana está protegida al este por el Pan de Azúcar y rodeada por una serie de colinas que se extienden hasta la bahía, como vas a ver desde tu crucero MSC por el océano Atlántico.
La expansión de la zona residencial de la ciudad está limitada por el Morro de São João, que la separa de Botafogo, y el Morro dos Cabritos, una barrera natural situada al oeste. Por ello, Copacabana es una de las zonas más densamente pobladas del mundo, además de un frenesí de actividades sensoriales.

Por supuesto, Copacabana no siempre tuvo el aspecto actual y aún se conservan restos de su pasado en la antigua comunidad pesquera que dominó la zona hasta principios del siglo XX. Cada mañana antes del amanecer, los barcos de la «colônia de pescadores» (los descendientes de los antiguos pescadores) zarpan del Forte de Copacabana y regresan a las 8 de la mañana para vender la captura del día en los puestos situados en el extremo sur de la playa. La sofisticada cultura playera de Río es un producto únicamente del siglo XX.

Durante los años treinta la ciudad comenzó a adquirir fama internacional y los viajes a Río se convirtieron en un cliché que aparece en numerosas canciones, películas y libros. Sin embargo, las playas de Río son, por encima de todo, el hogar de los cariocas: ricos o pobres, jóvenes o viejos, todo el mundo baja a la playa durante la semana, como si de un parque se tratara. Copacabana es increíble y su exagerado ambiente es palpable incluso en los mosaicos del pavimento, diseñados por Burle Marx con imágenes de olas.

La costa está rodeada por los altos hoteles y apartamentos de lujo que empezaron a brotar a partir de los años cuarenta. El Bairro contiene además algunos interesantes ejemplos de arquitectura «art déco».

Qué ver en Copacabana

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    Sur de Brasil

    Más allá del Cristo Redentor
    Más allá del Cristo Redentor

    En el sureste de Brasil, las tres ciudades más grandes, São Paulo, Rio de Janeiro y Belo Horizonte, forman un triángulo en torno al cual se mueve la economía del país.
    Todas ellas merecen ser visitadas, pero lo que de verdad no te podés perder durante tu crucero por Brasil es Río, que es realmente tan bonita como se ve en las fotografías, y los maravillosos vestigios coloniales de Paraty que surgen entre Río y la exuberante São Paulo. Al norte de aquí, la ciudad de Belo Horizonte se encuentra en el corazón de Minas Gerais, donde las antiguas ciudades portuguesas de Ouro Preto, Tiradentes y Diamantina rebosan de historia colonial.

    El sur, el área comprendida entre los estados de Paraná, Santa Catarina y Río Grande do Sul, presume de una de las mayores maravillas naturales de Sudamérica: las cataratas de Iguazú, a lo largo de la frontera con Argentina. Desde Curitiba, el espectacular Serra Verde Express serpentea hasta la costa, donde vas a poder relajarte en las playas de Isla de Mel o pasar de una playa a otra en los alrededores de Florianápolis.

    A pesar de su cercanía con la ciudad, los 400 km de costa de São Paulo están bastante descuidados respecto a la glamurosa Río. Al noreste, hacia la frontera con el estado de Río, el área se está desarrollando muy rápidamente pero sigue ofreciendo grandes contrastes que van desde una larga y amplia franja de dunas al límite de la llanura costera hasta pequeñas calas idílicas protegidas por un marco montañoso.