Ilhabela

Arquitectura colonial portuguesa
Mares de aguas azules y atractivas playas
Una isla exclusiva y de lujo

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Ilhabela

Sumergíte en la vegetación tropical

Ilhabela es, sin lugar a dudas, uno de los lugares más bonitos de la costa brasileña que se extiende entre Santos y Río. Apenas bajes de tu ​crucero MSC vas a estar rodeado de naturaleza.
Los impresionantes paisajes montañosos de la isla, de origen volcánico, se alzan a una altitud de 1.370 metros y están cubiertos por un denso follaje tropical. Con un 83% de la isla protegida por los límites del Parque Estadual de Ilhabela, las docenas de cascadas, hermosas playas y mares de aguas azules contribuyen notablemente a la fama de la isla.

Ya sean viejos o nuevos, la mayoría de edificios presentan un estilo colonial portugués sencillo, en el extremo opuesto del osado estilo de Guarujá. La isla es uno de los lugares favoritos de la alta sociedad de São Paulo, la cual se aloja en grandes y discretas casas en la costa, a menudo con muelles para yates de lujo o helipuertos.

La mayoría de los 30.000 habitantes de la isla viven en la protegida costa oeste y el principal núcleo de población es el pequeño pueblo de Vila Ilhabela (a menudo apodado el «Centro»). Durante las excursiones de MSC por Sudamérica vas a poder visitar Vila Ilhabela con sus bonitos edificios coloniales y la Igreja Matriz, una pequeña iglesia cuya construcción se terminó en 1806. Situada en lo alto de una colina, la iglesia se asemeja a un gran pastel de bodas de color blanco y azul, cuenta con un suelo de mármol español y es un estupendo lugar para refugiarse del sol y disfrutar de las vistas a la región.

Siguiendo la ruta costera al sur de Vila Ilhabela por la orilla situada en dirección a tierra, las playas son pequeñas pero agradables. Las tranquilas aguas son populares entre los amantes del windsurf y la ruta está repleta de bares y restaurantes hasta llegar a Perequê, la segunda ciudad más grande de la isla, situada a medio camino hacia el sur de la isla y el puerto. Sin embargo, basta con alejarse unos cuantos kilómetros para disfrutar de playas más atractivas, la mayoría de las cuales son accesibles en goleta y/o vehículo todoterreno.

Qué ver en Ilhabela

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    Sur de Brasil

    Más allá del Cristo Redentor
    Más allá del Cristo Redentor

    En el sureste de Brasil, las tres ciudades más grandes, São Paulo, Rio de Janeiro y Belo Horizonte, forman un triángulo en torno al cual se mueve la economía del país.
    Todas ellas merecen ser visitadas, pero lo que de verdad no te podés perder durante tu crucero por Brasil es Río, que es realmente tan bonita como se ve en las fotografías, y los maravillosos vestigios coloniales de Paraty que surgen entre Río y la exuberante São Paulo. Al norte de aquí, la ciudad de Belo Horizonte se encuentra en el corazón de Minas Gerais, donde las antiguas ciudades portuguesas de Ouro Preto, Tiradentes y Diamantina rebosan de historia colonial.

    El sur, el área comprendida entre los estados de Paraná, Santa Catarina y Río Grande do Sul, presume de una de las mayores maravillas naturales de Sudamérica: las cataratas de Iguazú, a lo largo de la frontera con Argentina. Desde Curitiba, el espectacular Serra Verde Express serpentea hasta la costa, donde vas a poder relajarte en las playas de Isla de Mel o pasar de una playa a otra en los alrededores de Florianápolis.

    A pesar de su cercanía con la ciudad, los 400 km de costa de São Paulo están bastante descuidados respecto a la glamurosa Río. Al noreste, hacia la frontera con el estado de Río, el área se está desarrollando muy rápidamente pero sigue ofreciendo grandes contrastes que van desde una larga y amplia franja de dunas al límite de la llanura costera hasta pequeñas calas idílicas protegidas por un marco montañoso.