Yokohama

En su frontera sur, Tokio se fusiona con Yokohama, la segunda ciudad más habitada de Japón y puerto internacional de gran importancia. Cuando desciendas de tu crucero MSC, observarás que Yokohama resulta mucho más espaciosa y amplia que la capital gracias al frente abierto del puerto y a sus edificios, por lo general, más bajos.


Cuando el comodoro Perry llegó con sus «Barcos Negros» a la bahía de Tokio en 1853, Yokohama era simplemente un pueblo de pescadores con unas ochentas casas en la lejana costa. Sin embargo, su puerto, lejos de la ruta de peligro para los japoneses, fue uno de los cinco que el shogun incluyó en el tratado para abrirlos al comercio extranjero en 1858. Desde comienzos de 1860 hasta las primeras décadas del siglo XX, Yokohama floreció gracias a la exportación de seda rústica, un comercio dominado por los mercaderes británicos.

Durante este período, la ciudad se transformó en la puerta de entrada a Japón de nuevas ideas e invenciones: la primera panadería, los fotógrafos, las heladerías, las cervecerías y, quizás la más importante, la primera línea ferroviaria, que enlazó la estación actual de Sakuragichō con Shimbashi en el centro de Tokio en 1872. El Gran Terremoto destruyó la ciudad en 1923, que volvió a ser devastada a finales de la Segunda Guerra Mundial durante los bombardeos aéreos. No obstante, la ciudad reconstruida sigue siendo uno de los puertos más grandes del mundo.

Los habitantes están orgullosos de la herencia internacional de su ciudad, que tiene un claro ambiente cosmopolita con sus edificios de estilo occidental, sus templos chinos y cocinas del mundo, y su considerable comunidad extranjera. El lujoso barrio residencial de Yamate (también conocido como «el Farol») es uno de los lugares destacados de la ciudad y cuenta con un espléndido museo: la zona crea un agradable contraste con las animadas avenidas, las coloridas tiendas de chucherías y los siempre llenos restaurantes del cercano barrio chino. Cerca del paseo marítimo, Kannai presume de algunos lujosos y antiguos edificios de estilo occidental en completo contraste con los modernísimos rascacielos de Minato Mirai 21 que se ven en la distancia.
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