El gran poder
La Rusia europea se extiende desde la frontera con Bielorrusia y Ucrania hasta los Montes Urales, a unos 1.000 km al este de Moscú; incluso sin el resto de la vasta Federación Rusa, constituye con diferencia el país más grande de Europa.
Antiguamente potente imperio zarista y superpotencia comunista, Rusia sigue fascinando a sus visitantes. Moscú, la bulliciosa capital rusa, combina la energía frenética de las ciudades orientales con la atmósfera cosmopolita de las ciudades occidentales.
Con su densa población y su impresionante arquitectura, desde los palacios zaristas del Kremlin y las cúpulas de bulbo de la Catedral de San Basilio, hasta los monumentales restos de época comunista y los colosales proyectos actuales, esta metrópolis puede llegar a abrumarte.
En neto contraste, San Petersburgo, la segunda ciudad de Rusia, se ha ganado el nombre de “la Venecia de Europa del Norte” por sus preciosos canales y sus elegantes edificios.
Un crucero por Rusia es una oportunidad única para visitar su puerto, fundado en el siglo XVIII por el zar Pedro el Grande intentando emular lo mejor de la elegancia de la Europa occidental.
Hoy en día sus habitantes están más relajados y son más amigables que los de la capital, y su situación en el delta del río Neva es incomparable, ya que le regala unas infinitas vistas sobre las aguas.